La forma en que comemos afecta directamente nuestra salud y el medio ambiente. En México, desperdiciamos aproximadamente 20 millones de toneladas de alimentos al año, mientras que muchas familias luchan por acceder a nutrición adecuada.

Elegir alimentos de temporada, locales y preparados con consciencia no solo beneficia tu organismo — también reduce la huella de carbono, apoya a productores regionales y puede disminuir tus gastos mensuales hasta en un 30%.

Es un mito bastante extendido. La realidad es que cuando planificas tus comidas, compras productos de temporada y reduces el desperdicio, tu presupuesto puede mejorar notablemente.

Los productos procesados y las comidas rápidas suelen costar más a largo plazo, tanto en dinero como en salud. Una dieta basada en legumbres, granos integrales, verduras de temporada y proteínas locales resulta más económica y nutritiva que depender de alimentos ultraprocesados.

Son aquellos alimentos que se cultivan y cosechan de manera natural en determinadas épocas del año. Por ejemplo, los chiles poblanos tienen su mejor momento en agosto y septiembre, mientras que las calabazas dominan en otoño.

Consumir productos de temporada significa mejor sabor, mayor contenido nutricional, precios más accesibles y menor impacto ambiental. También conecta con las tradiciones culinarias regionales que han existido por generaciones en nuestro país.

Los cambios pequeños y consistentes funcionan mejor que las transformaciones drásticas. Empieza reemplazando una comida procesada a la semana por algo casero. O visita un mercado local en lugar del supermercado una vez al mes.

Después, puedes explorar recetas con ingredientes locales, aprender a conservar alimentos correctamente para evitar desperdicios, o simplemente prestar más atención a las etiquetas nutricionales. No hay prisa — lo importante es que cada cambio sea sostenible para tu estilo de vida.

Para nada. La alimentación sostenible no se trata de eliminar grupos alimenticios, sino de hacer elecciones más conscientes. Reducir el consumo de carne procesada, elegir pescados de pesca responsable o comprar huevos de gallinas de libre pastoreo son pasos valiosos.

En México tenemos una riqueza enorme de legumbres, nopales, quelites y otros alimentos vegetales tradicionales que pueden complementar tu dieta. La idea es encontrar un equilibrio que funcione para ti y tu familia.

La organización es tu mejor aliada. Muchas personas dedican un par de horas los domingos a preparar bases: frijoles cocidos, arroz integral, verduras picadas o proteínas marinadas. Estas bases se convierten en diferentes comidas durante la semana.

También puedes cocinar porciones dobles y congelar la mitad, o descubrir recetas que requieran menos de 30 minutos. Con un poco de práctica, comer bien y sostenible no tiene que consumir más tiempo que ordenar comida a domicilio.